Sin lugar a dudas, es la más emblemática de Berja, Está situada en el Barrio de Los Cerrillos, enclavada en el Barrio Nuevo, en el camino de la Ermita de Gádor y muy cerca del Peñón de Santa Lucía.
Su nombre aparece ya recogido en el libro de Apeos de Berja (siglos XVI), causando admiración en los viajeros por su gran caudal de agua. Pascual Madoz también la incluye dentro de los manantiales más notables de la villa.
Fue remodelada en tiempos de la II República (1.934), no habiendo sufrido modificación alguna hasta el día de la fecha. Dispone de un pilar de piedra muy sencillo, rematado por un frontón curvo, con apertura central que deja libre el agua que contiene. Su cuerpo alberga dos gruesos caños que flaquean una gran cascada de agua, que salta al pilar, asombrando por su extraordinario volumen. Tiene, asimismo, una acequia que da nombre a su Brazal, la cual se utiliza, a su vez, como lavadero público, creando uno de los rincones más típicos de Berja.